LA CONSERVACIÓ DEL PATRIMONIO PROTAGONIZÓ LA III TROBADA AL VOLTANT DE LA CERÀMICA DE AGOST

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El Museo de Alfarería de Agost organizó el pasado  viernes 31 de enero el

III Encuentro alrededor de la cerámica dedicado al Patrimonio Cerámico.

Abrió el encuentro María José Rodríguez-Manzaneque, directora del Museo, con una introducción al patrimonio cerámico de Agost, fruto de la importante actividad artesanal e industrial de Agost y de las iniciativas que se realizan desde el Museo y Ayuntamiento para promover y conservar este patrimonio.

A continuación tuvo lugar la presentación del libro «El patrimoni esborrat. Barri d’Obradors de Manises o la crònica d’una fatalitat» (Afers, 2012), a cargo de su autor Rafael Requena. Con gran elocuencia describió el proceso por el que pasó el Barri d’Obradors desde el proyecto de conservación, rehabilitación y musealización hasta la situación actual de desaparición y conversión en el futuro en parque arqueológico de alto interés. También reiteró que a pesar de contar con planes urbanísticos de protección, este barrio industrial del siglo XIV desapareció.

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                    Rafael Requena durante la presentación de su libro

En el coloquio Alrededor de la conservación del patrimonio cerámico, que culminó el encuentro, además de debatir sobre las expectativas del rico patrimonio arquitectónico de Agost relacionado con la alfarería, se plantearon las cuestiones: ¿Qué se debe conservar? ¿A quién le corresponde? ¿Cómo hacerlo? y se dieron a conocer ejemplos de éxito.

Además de Rafael Requena y María José Rodríguez-Manzaneque, participaron: José Antonio López Mira, Técnico de Patrimonio Cultural de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Generalidad Valenciana; Fernando E. Tendero Fernández, Director del Museo Dámaso Navarro de Petrer; Concepción Navarro Poveda, Directora del Museo Arqueológico de Novelda, y Joaquín Damián Artiaga Blasco, Arquitecto del Ayuntamiento de Agost.

Durante el coloquio se trataron cuestiones como a quién le corresponde la conservación del patrimonio y no llegándose a una clara conclusión, ya que como comentó el arquitecto municipal es en las administraciones en quien se delega  el trabajo de elaboración del catálogo e inventario de bienes de interés que a buen criterio de los técnicos competentes se deben conservar. Aunque ese catálogo debe pasar por varias fases administrativas y durante ese largo proceso los bienes corren serio peligro de desaparecer. También se trató el tipo de compensaciones que recibe el propietario del bien.

Gracias a las intervenciones tanto de Concha Navarro como de Fernando Tendero pudimos conocer casos de conservación y puesta en valor de bienes patrimoniales desde los Museos y que actualmente se utilizan como recursos turísticos aportando un uso social al bien. En el caso de Petrer se pudieron ver ejemplos comparables con Agost ya que allí se perdió prácticamente la totalidad de fábricas de alfarería y han conseguido una gran valoración por parte de la población. Dentro de estas acciones divulgativas se citaron el uso de un horno como sala de exposiciones, exposición de piezas extramuros del Museo y las visitas teatralizadas.

Esto nos hace reflexionar ya que en estos casos parece que cuando un bien se pierde aumenta su valoración por parte de la población.

Los ejemplos dados por Concha, directora del Museo arqueológico de Novelda, también fueron muy interesantes ya que en este municipio tras las normas subsidiarias redactadas en 1992, toda obra que se realiza en el casco histórico se somete a una intervención arqueológica.  Esto ha completado el conocimiento del desarrollo histórico del municipio desde época neolítica. Además se ha concienciado a la población para que conserve los retablos cerámicos de sus viviendas.

Por parte de las administraciones tanto local como autonómica, la sensación es que la ley parece clara pero no lo es tanto y que hay que considerar muchos elementos como la concienciación del propietario del bien al que hay que ofrecer una compensación y mantener un diálogo continuo. Esa compensación puede ser la exención de IBI o alguna otra compensación derivada de la puesta en valor y uso social del bien en cuestión.

 El objetivo de este encuentro ha sido reflexionar sobre el auténtico valor que el patrimonio tiene para las comunidades que lo han creado y sobre las posibilidades de rehabilitación mediante la patrimonialización. Pero si se conserva debe dársele una función social ya que de otro modo acabará por desaparecer.

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De izquierda a derecha: Fernando Tendero, Mª José Rodríguez, Rafael Requena, Concepción Navarro, José Antonio López y Damián Artiaga.

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